Arregui, Seguridad
¿Cómo hacer un adecuado mantenimiento de las cerraduras?
Las cerraduras están en prácticamente todas las casas. De hecho, seguramente uses las tuyas a diario. Pero la realidad es que pocas veces nos paramos a pensar en ellas y en el estado en el que se encuentran, salvo que nos empiecen a dar problemas de forma evidente o dejen de funcionar. Y esto es un error, porque utilizar una cerradura defectuosa equivale casi a no estar protegidos.
Precisamente por ser productos de seguridad de uso diario, es importante que estemos muy pendientes de su funcionamiento y que nos encarguemos periódicamente de mantenerlas. Solo así garantizaremos que cumplen perfectamente con su trabajo y que, por tanto, aporten seguridad tanto a nuestro domicilio como a las pertenencias que guardamos en él.
Pero, llegados a este punto, la pregunta del ‘millón’ es: ¿cómo podemos hacer un adecuado mantenimiento de las cerraduras tradicionales de nuestro hogar? Si desconoces la respuesta no te preocupes, porque en ARREGUI te damos a continuación todas las claves que necesitas para tenerlas siempre a punto.
Consejos para un correcto uso diario
¿Cuántas veces al día tú y el resto de los habitantes de tu casa entráis y salís? En total, probablemente necesites un número de dos cifras para responder a esta cuestión. Y si tenemos en cuenta que es recomendable que cerremos con llave siempre que nos marchemos y no se quede nadie en el domicilio, podemos llegar a la conclusión que la cerradura principal es uno de los objetos que más usamos de forma cotidiana.
Cada cerradura, en función de su calidad y del tiempo de vida para el que han sido fabricadas, ofrece inicialmente un determinado número de apertura/cierres antes de deteriorarse. Así, el Instituto Nacional de Estándares (ANSI) establece tres ciclos o grados de apertura para ellas: Grado 1 para uso comercial (un millón de ciclos de apertura), Grado 2 para uso residencial o comercial (400.000 aperturas mínimo) y Grado 3 para uso residencial ligero (200.000 aperturas como poco).
En cualquier caso, el número de ciclos que nos acabe ofreciendo nuestra cerradura dependerá de que le demos un uso correcto durante su vida útil. Y, para ello, debemos tener en cuenta varios aspectos.
Abre y cierra siempre con cuidado
Cuanto mejor tratemos a la cerradura, más nos durará. Si introducimos y accionamos la llave con excesiva fuerza, su sistema podría dañarse o desgastarse más rápidamente de lo habitual. Por lo que la apertura y cierre de la puerta es algo que tendremos que hacer siempre con cuidado y sin prisas.
Introduce la llave hasta el fondo
Las cerraduras están fabricadas para que introduzcamos la llave hasta el fondo del bombín. Si lo hacemos parcialmente, el mecanismo no se accionará correctamente y tendremos problemas para abrir o cerrar la puerta, lo que quizá provoque que la forcemos. En consecuencia, es también fundamental que utilicemos el sistema tal y como indica su fabricante.
Utiliza las llaves adecuadas (en buen estado)
En ocasiones, podemos confundirnos de llave e intentar abrir con una que no se corresponde con la cerradura. Si esto ocurre, no debemos forzar el sistema al comprobar que la llave no encaja correctamente. Y, por supuesto, también hay que descartar la utilización de llaves rotas o que estén en mal estado, aunque sean las correctas. Principalmente, porque estas pueden romper o alterar los engranajes internos de la cerradura.
No dejes la llave dentro de la cerradura
Este es uno de los errores más comunes, porque mucha gente por comodidad prefiere dejar la llave dentro de la cerradura. De esta forma, evita que se pierda y no necesita introducirla o sacarla una y otra vez. Pero esta práctica es muy perjudicial para el sistema, porque desgasta más rápidamente sus elementos e incluso puede provocar que se rompa alguno de sus componentes internos.
Abre utilizando el pomo, no haciendo fuerza mediante la llave
Al lograr abrir quizá optemos por empujar la puerta apoyándonos en la propia llave que está dentro de la cerradura. Pero no es recomendable hacer fuerza desde este punto, y menos cuando el engranaje está accionándose, porque la cerradura o la llave podrían quedar dañadas. En su lugar, hemos de abrir o cerrar siempre valiéndonos del pomo, manillar o mango de la puerta, que para eso está.
Sustituye tus llaves cada cierto tiempo
En ocasiones, la llave es la principal responsable del desgaste o la rotura de una cerradura. Así que intenta guardar una copia de esta para más tarde hacer los duplicados que puedas necesitar, lo que te permitirá renovar cada cierto tiempo las llaves para asegurarte de que estas están en perfecto estado y no afectan al engranaje de la cerradura.
Recomendaciones para hacer un adecuado mantenimiento de las cerraduras
Los cerrajeros recomiendan que cada 10 o 15 años (como máximo) cambiemos nuestra cerradura. No solo porque los modelos de estas se renuevan y poco a poco incluyen nuevos elementos de seguridad, también porque, más allá de su calidad, el desgaste hace mella en estos productos y puede provocar que dejen de funcionar adecuadamente.
Y, mientras las estemos utilizando, también será importante que las cuidemos de forma apropiada. Por lo que aquí te damos varias ideas para que puedas hacer este trabajo:
Realiza el mantenimiento de la cerradura cada 6 meses
Una cerradura que se atasca, que cada vez cuesta más abrir o cerrar, o que directamente deja de funcionar con normalidad, requerirá de toda tu atención. Aunque es preferible que no tengas que llegar a esta situación para realizar su mantenimiento, porque cuanto peor funcione, menos segura será. En su lugar, lo aconsejable es que la limpiemos y lubriquemos cada 6 meses, más o menos.
Trabaja siempre con la puerta abierta
Este simple gesto no solo te permitirá acceder y manipular más fácilmente la cerradura, también te evitará disgustos si, por la razón que sea, la cerradura se estropea y deja de funcionar correctamente.
Extrae la cerradura de su ubicación
Por una cuestión de comodidad, es preferible que desmontes la cerradura de la puerta. Normalmente, esta estará fijada a la misma mediante una serie de tornillos que tendrás que retirar con un destornillador apropiado.
Desmonta la cerradura
Una vez que tienes la cerradura en tus manos, puedes desmontarla para limpiarla a conciencia. Para ello, recurre a las instrucciones del fabricante, no sin antes haberle hecho una foto para que más tarde, al volver a montarla, tengas claro dónde va cada componente.
Usa un paño humedecido en alcohol para limpiar los componentes de la cerradura
Con el tiempo, el polvo y otro tipo de partículas pueden quedar alojadas en el mecanismo interno de la cerradura. Así que, cuando la tengas desmontada, aprovecha para limpiar cuidadosamente sus componentes (escudo, pomo, ojo de la cerradura, bombín, etc.) con un paño ligeramente humedecido en alcohol. Con él, asegúrate de eliminar todo el polvo y la suciedad.
Evita los aceites lubricantes
Si contamos con algún tipo de aceite lubricante en nuestra casa, quizá se nos pueda ocurrir utilizarlo en nuestra cerradura. Pero esto sería un error, porque esta sustancia puede crear incrustaciones dentro de la cerradura y, por tanto, provocar que esta se atasque más fácilmente.
Utiliza un lubricante específico para cerraduras, como polvo de grafito
El polvo de grafito es el lubricante más recomendado para estos casos, ya que se utiliza para cerraduras, bisagras, ejes y engranajes. Puedes adquirirlo en tiendas especializadas, como cerrajerías. Y su gran ventaja es que repele el polvo, aunque también destaca por su resistencia y su durabilidad. Por lo tanto, al aplicarlo evitaremos que las piezas metálicas se desgasten por el roce continuado.
Vuelve a montar la cerradura
Deja que los componentes de la cerradura se sequen tras la limpieza. Después, vuelve a montarla según las instrucciones del fabricante y reinstálala en la puerta donde se encontraba. Para ello, puedes apoyarte en la fotografía que le hiciste previamente.
Y al terminar, no olvides confirmar que funciona perfectamente y que puedes tanto abrir y cerrar mediante la llave.
En caso de duda, deja esta labor en manos de un cerrajero profesional
Si tras hacer todo este proceso de mantenimiento no consigues que mejore su funcionamiento, o si directamente prefieres no manipular la cerradura por temor a romperla, opta por llamar a un cerrajero profesional para que se encargue de limpiarla y lubricarla. Es la opción más profesional y segura, y además podrá valorar el estado en el que se encuentra para darte valiosos consejos sobre su utilización.
KAMO de ARREGUI da más seguridad a tu hogar
De hecho, también te recomendamos que la acompañes de una cerradura invisible como KAMO de ARREGUI. Esta es una solución electrónica que se instala por la parte interior de la puerta y que se controla por móvil o mando a distancia. Aspectos que le aportarán un extra de seguridad a vuestra vivienda. Algo que seguramente agradeceréis todas las personas que vivís en ella, especialmente si vuestra cerradura principal es antigua o ya empieza a presentar signos de desgaste.
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