Cajas fuertes, Seguridad
¿Cómo elegir un código de seguridad que sea realmente seguro?
Quizá el título de este artículo pueda parecer redundante, porque teóricamente los códigos de seguridad deberían ser seguros por definición. Pero el problema es que muchas veces no es así, porque la tendencia entre la población es usar contraseñas que sean sencillas de recordar y que no impliquen muchos problemas a la hora de emplearlas.
Así lo demuestra un dato escalofriante facilitado por la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI): el 90 % de las contraseñas que empleamos son vulnerables. Un riesgo que podemos hacer extensible más allá del ámbito digital, porque también afecta de lleno a nuestra actividad diaria: como, por ejemplo a la hora de gestionar nuestra tarjeta de crédito, guardar nuestros bienes más preciados en cajas fuertes o establecer un password para encender o apagar la alarma de seguridad de nuestro hogar.
Por lo tanto, ¿tienes claro si los códigos de seguridad que utilizas habitualmente son todo lo seguros que deberían? En ARREGUI te queremos dar una serie de pautas y consejos para que elijas siempre las opciones más difíciles de adivinar por los cacos y ladrones. ¡No te las pierdas!
Cómo elegir un código de seguridad que sea realmente seguro
Cuanto más larga sea la clave y más caracteres tenga, más difícil de descifrar
Es algo de lógica, porque, por ejemplo, para un PIN de cuatro dígitos hay 10.000 combinaciones posibles, mientras que para uno de seis dígitos habrá 1.000.000. Mientras que, si además de números añadimos el alfabeto de 26 letras mayúsculas y minúsculas, los 10 números posibles y 10 caracteres no convencionales, para cada carácter dispondremos de 72 posibilidades diferentes. Lo que significa que, en el caso de un PIN de cuatro caracteres habrá 26.873.856 millones de combinaciones posibles.
Si utilizas un código relacionado con tu vida, procura que solo lo sepas tú
Tu fecha de cumpleaños, la de tu pareja o hijo, el día en el que te casaste; el nombre del colegio al que ibas en tu infancia o de tu mascota, tu plato, película o disco favorito… Es tremendamente frecuente que utilicemos datos o aspectos recordables de nuestra vida para crear nuestros códigos de seguridad. Sin embargo, estos suelen tener un punto débil, ya que provienen de información que es fácilmente accesible para terceras personas.
Así que, ten esto muy presente y, si optas por elegir una contraseña que puedas recordar fácilmente por lo que signifique para ti, procura no utilizar datos que puedan saber otras personas ni fechas habituales. En estos casos, selecciona detalles de tu vida muy particulares que solo conozcas tú; y, a ser posible, añádele otros caracteres o complícalos un poco (cambia de orden las cifras de las fechas, combina dos o tres nombres diferentes, etc.).
Y si lo anotas, que sea a su vez en un sitio también muy seguro
Debido a que las contraseñas más largas y más ‘extrañas’ suelen ser las más difíciles de quebrantar, es posible que necesites apuntarte la tuya. Esto podrá suceder si consideras que es imposible que la memorices (por su dificultad o porque, simplemente, no confías en tu memoria y temes acabar olvidándola). Pues bien, si estás ante el caso, anótala una única vez y esfuérzate para esconder la hoja o documento en un lugar protegido de tu hogar o terminal (teléfono móvil, tableta, etc.). Y es que, si la guardas en un lugar muy accesible, ¿de qué habrá servido todo el esfuerzo previo para elegir un código de seguridad fuerte?
No reutilices tus contraseñas
Tan fácil como eso. Porque si un delincuente sabe el código que usas para todo, estarás totalmente vendido/a…
Emplea un gestor de contraseñas
Actualmente podemos manejar decenas de contraseñas diferentes en nuestra vida cotidiana. Algunas muy importantes, como las claves del banco, de la alarma de nuestra casa o de nuestro DNI electrónico, y otras menos relevantes, como los accesos a nuestros servicios de streaming favoritos.
Para estas situaciones han surgido en Internet los denominados gestores de contraseñas: aplicaciones que funcionan como repositorios y que se gestionan a través de una sola contraseña maestra o de patrones de reconocimiento biométrico. Estas pueden ser una excelente solución si te mueves como pez en el agua en el ámbito digital, porque no necesitarás recordarlas todas y tendrás un acceso rápido a las que necesites en cada momento.
Aunque eso sí, recuerda que para que estos servicios sean seguros y confiables, tendrás que pagar por ellos: ¡te recomendamos que no te fíes de las soluciones gratuitas, porque como dice el refrán, nadie da duros a cuatro pesetas!
Cambia el código cada cierto tiempo
Una vez que des con una contraseña que consideres que es lo suficientemente segura, no te relajes. Lo idóneo es que la cambies cada cierto tiempo (un buen ciclo de vida puede ser dos años, más o menos), para evitar que alguien pueda descubrirla y utilizarla. Sobre todo si hablamos del ecosistema digital, donde es incluso frecuente que se produzcan robos masivos de datos y se filtren enormes listas de contraseñas en los foros de la Deep Web.
Olvídate de usar códigos de seguridad y contraseñas como estas
Según un estudio de Nordpass, entre las peores contraseñas (por habituales y sencillas de descifrar) están ‘12345’, ‘123456789’, ‘111111’, ‘000000’, ‘barcelona’, ‘666666’ o ‘España’. De hecho, esta última la usaron hasta 41.616 usuarios en la base de datos utilizada. Y, junto a ellas, descarta usar nombres propios como ‘javier’, ‘manuel’, ‘maria o ‘carmen’; al igual que palabras conocidas por todos como ‘superman’ o ‘starwars’. Es más, puedes consultar aquí la lista de las 200 peores claves de la actualidad.
Con ARREGUI, tus códigos de seguridad siempre seguros
Y recuerda que, con tus productos de ARREGUI, siempre podrás elegir contraseñas totalmente seguras. Por ejemplo, nuestra gama de cajas fuertes AWA ofrece sistemas de códigos de entre 4 y 7 dígitos, con hasta 10 millones de combinaciones posibles; y que, además, se bloquearán tras 5 intentos correctos. Mientras que, con nuestras cerraduras electrónicas, ampliarás aún más este nivel de indescifrabilidad gracias a las enormes posibilidades que da el combinar entre 4 y 15 dígitos.
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